El hombre envía otra vez un robot explorador con la esperanza de resolver el enigma si hubo alguna vez vida en Marte.
Aprovecho hoy para darnos un relax en la temática usual del blog y publicar como pequeño homenaje a la hazaña un cuento que escribí hace ya algunos años sobre Marte.
Aquel cuatro de Julio, no hubo grandes ovaciones ni fuegos artificiales, ni
exaltados discursos o patrióticos desfiles. Ese día, allí nadie lo estaba
esperando. No hubo quien lo recibiera, tan solo había silencio. Un silencio que
era roto a intervalos regulares, por una irregular brisa que soplaba a ratos en
forma de roce, produciendo un silbido aquí, un crujido allá, al
pasar por las irregulares y devastadas superficies de ese solitario y vasto
paisaje. Silencio, eso era lo que le esperaba cuando llego. Infinitas
extensiones rojizo amarillentas, donde ancianos y pacientes vientos habían
tallado grano a grano de aquellas arenas, hasta forma aquel espectacular océano
de dunas y desiertos en infinita procesión.
Esparcidas a través de aquellos parajes, yacen - como silenciosos
centinelas - algunas grandes formaciones pétreas así como infinidad de
guijarros corroídos por el tiempo, tiempo que inexorable ha ido surcando
aquella faz planetaria de infinitas arrugas, surcos y cráteres, allí solo hay
vejez, vejez allí donde alguna vez hubo lozanía, aire, agua, vida.
El “ Explorador Marciano “ ( Marts Explorer )continuo su camino a través de
aquellos parajes siguiendo un rumbo grabado en sus sistemas, trazado en los
laboratorios muchos meses atrás inclusive muchos años antes de que su llegada
tuviese lugar. Allí, llenándolo todo de aquellos tenues y extraños sonidos, iba
realizando sus pruebas y analizando meticulosamente cada porción gaseosa de
aquella tenue y enrarecida atmósfera que envolvía al planeta, así como a
distancias regulares y exactamente programadas, extraía muestras del suelo para
depositarlas en los compartimientos de análisis especiales, unidos a su
delicada y extraña estructura, con el solo propósito de descubrir el más leve
signo de lo que constituía la razón por la que el estaba allí. Vida, por más
pequeña que ella fuese, él estaba diseñado para encontrarla. Aquel engendro de
alta tecnología, hijo de una madre, Tierra, que busca respuestas de su
existencia quizás allí donde no las hay, ni las pueda haber nunca, o quizás
donde ya las hubo y no ahí vuelta atrás. Allí donde sea, él continuara su
camino, con la infinita paciencia de lo no humano hasta encontrar una señal,
una respuesta, un vestigio o un encuentro de aquello hasta por lo que ahora somos
sus únicos representantes, sus embajadores ante la inmensidad, la vida.
Hasta el momento todavía no ha podido encontrar nada, pero esto no siempre
a sido así.
Hubo otros tiempos, otras épocas, perdidas ya y arropadas entre multitud
de millones de años donde en ese tiempo Marte tuvo una historia, tuvo
sueños y tuvo futuro, un futuro ya que nunca será pero que nos espera paciente,
sin prisa, para enseñarnos allí donde podemos equivocarnos, para enseñarnos
quizás y solo quizás aquello que nos espera.
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Marte ( Valle de Tharsis, cercanías del Monte Olimpus )
Año ( 285.000.000 A.C )
Ciudad de El Gran Thule.
Universidad Central de Thule.
- Bien jóvenes, como han podido leer ustedes en las ultimas noticias -
mirando de reojo a aquellos que estaban sentados al final del auditorio -
nuestras colonias en el tercer planeta están haciendo progresos a paso
adelantado. Como ustedes saben cada día se adelanta en la construcción de
nuestras ciudades a orillas de aquellos mares interiores. Favorecidos por
aquellos climas, nuestras plantas y algunos de nuestros animales se adaptan
favorablemente, permitiéndonos obtener una fuente de recursos renovables, lo
que aunado a los extensos recursos minerales encontrados allí, nos
aventuramos al afirmar que nuestras expectativas de vida allí serán en
creces los mejores pronósticos hechos por los expertos.
Y bien ustedes dirán, a que se debe toda esta charla de este viejo
profesor.-
- Yo creo, si me permite - , dijo uno de los estudiantes a la par que se
levantaba.
- Un momento joven, aun no he terminado. Bien como les estaba diciendo,
nuestras colonias en el tercer planeta a lo largo de los últimos siglos han ido
floreciendo, como muestra de ello tenemos por ejemplo, la creciente corriente
migratoria hacia Nueva Metropía, donde importantes ciudades han sido fundadas
por representantes en su gran mayoría de la raza amarilla. Otro ejemplo lo
constituyen los pueblos de los seguidores de Oshirix, con su importante cultura
a lo largo de la cuenca del gran río Nihslum, fértil zona prodiga en una
gran agricultura. También están los pueblos del Continente Norte, los blancos,
distribuidos a todo lo largo de la Gran Eurisía. Y nosotros, los rojos
distribuidos por toda la geografía del planeta, pero en fin el motivo de mi
discurso es realmente si alguno de ustedes se ha puesto a saber el ¿
porque estamos emigrando?- , ¿ porque cada día son menos los nacimientos de
personas normales en nuestro planeta ?, o bien ¿porque razón la temperatura con
el paso e los años es cada vez más fría ?, O la pregunta más dramática y lo que
o constituye ningún secreto ¿ qué es lo que pasa con nuestro mundo?-
El profundo dramatismo con que el viejo personaje había orientado cada una
de sus palabras, acentuándolas con la profundidad de su purpúrea mirada y los
movimientos de aquellos extensos y delgados brazos, consiguió la debida
atención de la nutrida concurrencia, - lo más representativo de la juventud de
Thule -, que por cosas del destino había encontrado que la respectiva cátedra
de Tecnologías Neoindustriales II sería cambiada ese día para ocuparse de
temas tan profundos y trascendentales como las perspectivas de vida en
otros mundos.
A través de amplio ventanal que le daba la espalda, se podía apreciar como
poco a poco un pequeño astro rey se iba ocultando, permitiendo que rosadas y
carmesíes sombras fueran inundando poco a poco la plenitud del cielo. Dentro de
poco la primera de sus dos lunas haría su aparición indicando que la tarde
estaba próxima a su fin. La noche oscura y fría pronto arroparía con su manto
las altas y delgadas agujas de las numerosas estructuras que constituían
aquella ciudad. Ese día la clase se había extendido más allá de lo normal.
- Si, ¿ y que es lo que pasa con nuestro mundo?-
- Que nuestro mundo esta cambiando. Sí, cambios. Lo sabemos desde nuestro
nacimiento, así nos lo enseñan, nuestros padres, nuestros maestros, así como
los más fieles guardianes de nuestras más antiguas tradiciones y creencias. -
- Si jóvenes, a lo largo de millones de años se han producido en nuestro
mundo una serie de innumerables cambios, algunos positivos, otros negativos -
la mayoría de ellos, desgraciadamente producto de nosotros mismos, ahora
podemos saberlo con plena certeza - , cambios que han influido a lo largo de
centenares de millones de años, cambiando las condiciones originales del
planeta, mares prodigiosos y profundos otrora, ahora son meras sombras
cenagosas de lo que alguna vez fueron en un pasado, y así podríamos hablar de
prados, montes, selvas, atmósfera cada día más tenue y pobre, y hasta de
nosotros mismos, criaturas muy distintas de lo que milenios atrás fuimos.-
- Si, vivimos en un mundo muy viejo que sé esta muriendo. Nuestro planeta
envejece muy rápidamente y ha ese paso nos es completamente imposible aun con
nuestra tecnología, revertir los procesos.-
- Profesor pero no cree usted que nuestra salvación consiste en esa gran
tecnología, por lo menos así nos lo pregonan a cada rato en cualquiera de
nuestros numerosos medios de comunicación - dijo aquel joven volteando la
mirada hacia sus compañeros, buscando con ello contar con su aprobación -, por
que si no es así, entonces nos están engañando. -
- Si usted tiene razón, pero solo en parte. Me explico, gracias a la
libertad que nos permite esta tecnología, estamos facultados para poder
viajar a cualquier rincón de nuestro mundo y más allá, a través de nuestro
sistema solar a algunos de nuestros planetas hermanos, encontrando en algunos
grandes posibilidades para poder sembrar nuestra civilización allí, muestra de
ello nuestra colonización del tercer planeta a lo largo de los últimos siglos.
Algunas lunas y asteroides ya han sido explorados y colonizados también, entre
ellos podemos destacar como ejemplo las amplias bóvedas y almacenes en el interior
de nuestras lunas y algunos asteroides cercanos, en lo que podemos hallar desde
centros de observación astronómica, centros de comandos de navegación
satelital, estaciones de comunicaciones y la que constituye la más compleja
biblioteca con todo el saber de nuestra cultura, para bien nuestro de las
generaciones futuras.
Avances en medicina, en física, en química así como en las demás ciencias.
Haciendo énfasis en particular en los últimos y progresivos avances en
tecnología en comunicaciones, biotecnologías e ingeniería genética,
permitiéndonos sorprendentes recombinaciones y modificaciones del ADN siendo
posible la creación de especies e individuos nuevos y particularmente adaptados
a las exigencias de cada nuevo ambiente. Así podríamos hablar ininterrumpidamente
de muchas cosas positivas, pero también y aunque nos duela también existen
cosas negativas. Precios que hemos de pagar por esta tecnología, hasta
sufrirlos nuestro planeta con un enorme saldo deudor superior al que él puede
pagar. Cada año menores nacimientos, temperaturas cada vez más bajas, niveles
de CO2 cada vez mayores y perdida de la atmósfera por innumerables procesos
físico - químicos más allá de nuestro control, efecto directo del alto grado de
industrialización desarrollado. Con respecto a los ciclos de transición de los
inviernos, nos encontramos cada vez más cercano a un periodo de grandes
glaciaciones. En fin cambios, cambios que nos anuncian la muerte de nuestro
mundo, y por eso yo me preguntaba al comenzar ¿ Que es o que pasa con nuestro
mundo ?. Nada, simplemente lo estamos cambiando. Uno desahuciado y casi muerto
por otro joven, promesa de larga vida, de futuro. Cambiar o morir. Así siempre
ha sido. Cambios. Solo cambios.
El ocaso había llegado sobre la rojiza superficie. Poco ha poco, aquí y
allá se iban iluminado ciento, miles de pequeñas luces, extremos visibles de
comodidad y progreso, que animaban la venteada y fría oscuridad del planeta,
recreando con centelleantes contornos, las caprichosas formas y volúmenes de
aquellas extraordinarias y grandes urbes. Monumentos poderosos que hablaban
sobre una gran cultura, misma que ahora en otras tierras, en otros lugares, y
bajo otros cielos, asumía sus compromisos y sembraba la promesa de la
continuidad abrigada bajo el ropaje de grandes cambios que aun están por
llegar.
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Fobos ( Una de las dos lunas de Marte )
Órbita de Marte.
30 de Junio de 1997.
Allí en el interior de esa luna, enterrado por el polvo de millones de años
de espera, bajo centenares de metros de roca y metal y sin que nadie lo oyera,
perdido entre una oscura y aséptica sala llena de inexplicables objetos, allí
en el extremo más occidental de la misma, se encendió una pequeña luz,
iluminando débilmente con un diáfano brillo algunos complicados tableros,
poniendo en funcionamiento automáticamente, antiguos y complejos mecanismos.
Sobre cristalinas e iluminadas pantallas, una luz cambiante iba quedando
registrada, marcando con una señal su paso a través del frío y vació espacio.
El satélite procedente del tercer planeta había sido detectado.
Desafortunadamente después de tantos siglos de oscuridad, nadie había que lo
celebrara, allí no se oyeron aplausos, gritos ni alegrías. Allí solo quedaban
extraños ingenios, acero y silencios, inmensa bóvedas repletas de profundos y
oscuros silencios. Afuera de Fobos en su superficie, emergía una desgastada
antena haciendo foco hacia la rojiza esfera del cercano planeta. Un
esperanzador mensaje se transmitía en lenguaje de unos y ceros hacia unos
desaparecidos portadores mucho tiempo ya.
Después de infinidad de solitarios siglos de espera, lo habían hecho.
Habían llegado.
Acudieron muy tarde. Millones de años después de lo que se suponía, pero al
final habían legado, lo habían logrado. Los portadores de un antiguo mensaje,
mensajeros de un nuevo futuro, habían llegado. Por desgracia para aquellos
seres que consumieron su vida esperando con fe ciega este esperado día, no
había nadie. Solo polvo y algunos ancianos huesos que habían sobrevivido
obstinados al paso del tiempo quedaban. Ninguno de ellos lo sabría jamas. Y
teniendo solo como únicos y mudos testigos, a un par de viejas y olvidadas
lunas, aquel pequeño satélite, fruto tecnológico de una naciente y joven
civilización, gritaba a vivas voces, voces que solo saben oír las estrellas,
que los marcianos, los nuevos marcianos habían llegado por fin a aquel su
antiguo hogar, Marte.
Al final, el gran cambio se había producido.
El emisario del Hombre, pronto dejaría su huella en Marte
Pedro Angel Martos 01/97
Muy creativo. Me gusto.
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