domingo, 24 de agosto de 2014

Punto rojo.

Hola amigos.
Ha pasado algún tiempo desde la última vez que publique algo en el blog. Lo siento he dedicado todo este tiempo ha formarme en diversas disciplinas profesionales orientado todo esto a la búsqueda de un nuevo empleo, situación un poco complicada aquí en España, pero bueno pienso que lo peor es no intentarlo. paralelo a esto he ido trabajando en algunas cosas que iré publicando oportunamente en el blog.
Hoy he querido publicar un cuento, de temática fantástica y algo orientado hacia el terror, quizás inspirado en algunas cosas de un famoso autor del género al que estoy leyendo últimamente, así que espero les guste y espero tener alguna de sus valiosos comentarios a la vuelta.
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                                                       PUNTO ROJO.

El ambiente comenzaba a refrescar aquella mañana de Septiembre. Desde muy temprano una fresca brisa procedente del otro lado de la bahía nos recordaba que los exagerados calores de aquel verano llegaban a su fin.
Al se había levantado muy temprano ese día, con las primeras luces del alba, realmente no había pegado un ojo en toda la noche, una noche cargada de sudores y pesadillas, presentimientos que volvían otra vez para alterar su ahora tranquila existencia. Después de un rápido baño se vistió y salió apresuradamente a una cita con su mejor amigo en el Eagle, -al que había contactado a unas inusuales horas de la madrugada he insistido en que tenían que verse para contarle algo muy importante-, en la esquina de Liberty Steet con Broadway, célebre por sus famosos desayunos en toda la costa este. Llego temprano, ese día decidió usar un taxi y no el bus como usualmente hacía. l reloj marcaba la 8 menos cuarto. Cuando entro al Eagle, un ajetreado bullicio de gente conversando y riendo a esas tempranas horas le alegro, era temprano aun, pero a esas horas había ya muchos parroquianos desayunando en el local apurando una última taza de café antes de comenzar muchos de ellos alguna dura jornada de trabajo, oficinistas, secretarias, personal bancario y muchos Brokers, se daban cita allí, realmente el local estaba muy cerda del distrito financiero de la ciudad, lugar de trabajo de la gran mayoría de sus clientes.
Además del murmullo de fondo el local estaba cargado de una variedad de aromas donde destacaban además del de tabaco y café, el de recién horneados panecillos de jengibre y el de los dorados Pretzel exclusividad de la casa, amén del olor a huevos fritos y a las espaciadas salchichas que servían siempre a esas horas para desayunar.
Le costó un poco pero consiguió una mesa cercana a una de las ventanas donde se podía ver parte de la bahía y donde destacaban aquella zona donde destacaban aquel conjunto de rascacielos, gigantescas torres de acero y hormigón, modernas torres de Babel donde se dirigían parte de los destinos económicos del mundo moderno.
Estaba nervioso, y la sola mirada a través de aquel amplio ventanal no pudo traer la ansiada calma que tanto reclamaba su atribulado espíritu, sino que reflejado por una gruesa gota de sudor que comenzó a aflorar entre sus frente, su temor y sus nerviosismo se hizo más fuerte.
Cuando llego la camarera para tomar su orden, se abstuvo del café y pidió algo más fuerte, una cerveza tipo Ale le pareció bien, bastante más fuerte que las Lager a que estaba acostumbrado y además pidió también un pequeño vaso de whisky puro de Tennessee. Prefirió no pedir nada para desayunar, los nervios le traían un poco revuelto el estómago y no quería meter la pata. De fondo y aislándolo del murmullo de las conversaciones que todo lo envolvía, se podía escuchar una vieja y melancólica canción de Neil Young, lo que le daba a ese espacio tan urbanita y típico de la gran City, algo de la esencia de otros tiempos más duros y lejanos, rumores de otra época con reminiscencias a aires rurales y a la estética sesentera del Peace y Love.
Transcurrieron algunos minutos antes de que llegara su amigo al que estaba esperando, Marthy lo saludo desde la entrada y dirigiéndose a su mesa intercepto a una de las camareras y le pidió le acercara una taza grande de delicioso expreso. Cuando llego a la mesa advirtió dos vasos grandes de cerveza y dos de chupitos, todos ellos ahora vacíos, reposando sobre húmedos círculos que marcaban su lado de aquella mesa de oscuro cedro.
Después del saludo y antes de comenzar la conversación, Al le hizo señas a la camarera y le pidió le trajera otra ronda. Marthy se dio cuenta y le indico muy educadamente, como siempre, que quizás era muy temprano para ponerse a celebrar de esa manera. Al le indico que le disculpara y por el contrario que no era ninguna celebración, más bien recurría temprano al alcohol ese día a ver si de esa forma se podía aclarar sus ideas y serle más sencillo aquello que quería contarle a su amigo.
-Venga Al te conozco y se que no beberías así de esas manera tan temprano si no hubiera algo realmente que te tuviera preocupado-,
-Como se ve que me conoces bien Marthy, cuanto años hace que nos conocemos: 25, 30 o más?-,
-Pues yo diría más de treinta, desde la primaria en aquella vieja escuela, como se llamaba a ver, vale St. Mary School, a mediados de los sesenta, recuerdas?-.
La camarera llego y dejo sobre la mesa una humeante y aromática taza grande, muy grande de oscuro expreso, famoso por prepararlo con agua -supuestamente- triple filtrada, y un vaso grande de ale oscura y turbia y un chupito de whisky, al que Al procedió a apurar nada más se lo dejaron en la mesa.
-Hey amigo, no tan rápido, tomate un respiro, a ver si te vas a poner indispuesto y luego no te vas a acordar de aquello tan importante que me tenías que contar y por lo que me citaste a estas horas  tan extrañas para mí, sobre todo después de haber estado de guardia en el hospital hasta primeras horas de la madrugada-,
Disculpa Marthy, pero son los nervio, cuando te cuente lo que te tengo que decir lo entenderás-,
-Vale eso espero mi amigo, dijo mientras iba disfrutando de su café mediante una serie de rápidos y cortos sorbidos, el café aún estaba bastante caliente,-
Miro otra vez el Seiko Quarz que destacaba sobre su delgada muñeca y pudo ver que eran las 8:10. Por sobre la ventana pudo ver que los rayos del sol comenzaban a destacar por sobre las altas moles del Skyline de aquella zona de New York.
-Hace unos instantes hablaste de cuando nos conocimos en el St. Mary, que buenos tiempos no, cero estrés y muchas tardes calurosas de verano jugando en aquellos abandonados solares de la calle Jefferson, donde se yergue ahora el Parque Residencial Wilson, en el Lower East lo recuerdas?-
-Y como no recordarlo, allí estábamos felices y viviendo nuestras aventuras en la ligas mayores, el sueño de todo chaval imagino, pero no creo que haya sido para hablarme de eso que me hayas llamado hoy verdad, -
-No tienes razón, no te he hecho venir para hablar de eso, aunque de alguna manera si está relacionado, veras de lo que me gustaría hablarte creo que comenzó allí, por esa época,-
- A ver Al, no te entiendo y te confieso me estas intrigando, y por favor creo que ya está bien de alcohol tan temprano, déjame pedirte un café por favor,-
- Perdona quizás tienes razón, no me había percatado, pero me he acabado la cerveza, creo que seguiré tu consejo y pediré un café, ya está bien de alcohol, ya me siento con la confianza o el valor necesario para poder hablar,-
-Ok, pero comienza de una vez por favor, ahora el que se está poniendo de los nervios soy yo,-
- Vale, recuerdas una tarde, quizás por el 68 o el 69 que estábamos jugando Baseball allí y estábamos en la última entrada y le tocaba batear al zurdo Barry,-
- Como me voy a olvidar, te refieres a ese portentoso hit que bateo contra todo pronóstico y que fue a parar directo a la cara de Miles el gordo que cubría el medio centro,-
- Si precisamente, de eso quería hablarte, ese día mientras tratábamos de ayudar a Miles y evitar que siguiera saliendo sangre de su boca, boca a la que le faltaban ahora dos dientes, fue que lo vi, esa vez fue la primera vez que vi aquello, -
-La primera vez que viste que,- dijo Marthy un poco extrañado al ver como cambiaba la cara de su amigo al evocar aquel recuerdo.
- La primera vez que vi aquel punto rojo. Era como un pequeño punto rojo borroso que se veía como si lo vieras a través de un vidrio sucio. Allí estaba flotando sobre Miles, ingrávido y desplazándose lentamente como en un círculo por sobre su cabeza, como si fuera mecido por alguna invisible brisa, si al dia siguiente cuando Miles fue a la escuela, ya no estaba allí, el punto había desaparecido,-
- No sé qué decirte Al, podría haber sido tantas cosa y permíteme hablar como médico: un mareo producto del calor, alguna bajada de tensión, un sobresfuerzo, quizás estabas pillando algún resfrió, que se yo amigo, no sé qué decirte,-
- Si tienes razón eso mismo pensé yo, pero nada, así como vino ese día se fue, y no fue hasta algún tiempo después cuando volví a percatarme de aquel pequeño punto rojo. Fue un día de vacaciones en la casa de la playa que tenían mis padre en la bahía de Provincetown, Massachusetts. Aquel día mientras íbamos a pie por sobre la carretera hacia los arenales de Cape Cod, que me fije en aquel viejo perro labrador que estaba sentado junto a la carretera como esperando a alguien, que me fije que allí sobre él, estaba flotando impasible y silencioso, un misterioso punto rojo.-
-Pero que, estaba herido el perro o algo?-
- No eso fue lo raro, el perro no se veía herido algo, lucia bastante sano, era eso un perro bastante tranquilo, sentado a orillas de la carretera esperando, y sobre él, flotando, un solitario e ingrávido punto rojo, el que por lo que pude averiguar más nadie podía ver,-
- Pues no sé qué decirte, y entonces eso fue todo, -
 - No que va. Resulta que horas más tarde cuando regresábamos después de haber pasado todo el día en la playa, observamos consternados que aquel magnifico animal yacía ahora tirado en medio de la carretera sobre un gran charco de sangre y tripas rotas. Lo había atropellado, el pobre yacía muerto en la carretera, y entre la tristeza de ver aquel bello animal tirado allí como un despojo por la imprudencia de algún conductor, pude ver que el punto rojo seguía allí, solo que ahora parecía irse difuminando conforme pasaba el tiempo. Al día siguiente volvimos a pasar por el mismo sitio, y allí seguía el perro y nos dio mucha lastima y lo agarramos y entre todos hicimos un hueco y lo enterramos entre alguna de las dunas más cercanas a la vía, el pobre ya comenzaba a oler mal, pero de aquel misterios punto ni rastro, ya no estaba.-
- De verdad que muy curios lo que me dices, pero a menos que tengas alguna afección neurológica que aún no te haya descubierto tu médico de cabecera, no sé qué decirte, quizás fue una casualidad, o no se, no será que tienes alguna especie de poder especial o algo, como la chica de aquella película, "Carrie" recuerdas, o la de aquel chico Torrance en "El resplandor", al que se le aparecían un sinfín de cosas raras en la peli, jejejeje, y perdona no quería reírme, pero es que de verdad no sé qué decirte, podía ser simplemente una casualidad, sabes,-
- Tranquilo que no te voy a matar ni nada por el estilo, yo sé es difícil de aceptar a la primera cuando te cuentas algo así, más bien crees que se están quedando contigo, lo sé, pero es que a partir de entonces la visión de aquellos puntos ros a venido yendo y viniendo a mi vida en algunas más ocasiones.-
- Como por ejemplo?-
- Te sonara mal, pero la tercera vez tuvo que ver creo con un atraco, fue hace como cinco a mas años, un día que fui a hacer una gestión en el First National Bank. Allí estaba el, un alto caballero de traje azul en medio de la larga cola hacia la taquilla número 5. El punto rojo estaba sobre él, flotando como a cuarenta o cincuenta centímetros de su cabeza, allí ingrávido y silencioso flotaba sobre aquel hombre, pareciendo seguirlo en su lento y pausado camino hacia la taquilla. Nadie parecía darse cuenta de él, y al hombre parecía ni siquiera importarle, dudo yo que se diera cuenta de su presencia. Y así fui testigo durante 20 minutos o más de su rojiza y fantasmal presencia, pude percibir aquellos minutos como aquel punto cambiaba de volumen sutilmente, como si fuera el producto de un latido, del eco sostenido de algún misterioso corazón. Al final como a todos, le llegó el turno también a aquel hombre y pudo llegar a la taquilla donde luego de unos minutos termino sus asuntos y se marchó de allí, salió del banco y más nunca lo vi, bueno en persona quise decir, lo cierto es que volví a saber de el al día siguiente.-
- Caramba Al, de verdad que da un poco de miedo lo que me cuentas, sino te conociera desde hace tanto tiempo pensaría que me estás haciendo una broma o que estas un poco loco, sabes. pero a que te refieres cuando dices al día siguiente, lo volviste a ver?.-
- No personalmente, al día siguiente estaba yendo a casa después de un día de trabajo y enfrente mío había un hombre que estaba leyendo el periódico. Y fue allí donde vi su foto, Frank Heinz, ese era el nombre que aparecía a pie de su retrato, en la última página del New York Herald, ya sabes la última página, la de sucesos, la noticia rezaba así o algo parecido, ....." Agente de Bolsa es abaleado para robarle una elevada cantidad de dinero que minutos antes había sacado del banco, al parecer los ladrones llevaban tiempo siguiéndolo enterados de que estaba por sacar una alta cantidad de dinero con el que pretendía realizar una cuantiosa operación inmobiliaria. La policía esta tras su pista debido a las numerosas evidencias dejadas en el parking donde los delincuentes le dieron muerte. Se espera dar con ellos en el transcurso de las próximas horas.............."y bla, bla, bla, a partir de allí los puntos rojos han ido apareciendo en algunas otras ocasiones. Al principio me preocupaba mucho al respecto. Una vez incluso pare a una chica en la calle para advertirle y lo que gane de aparte una patada en mis partes íntimas, fue pasar la noche en la vieja comisaria de Brooklyn. Trate una o dos veces más de advertir a aquellos sobre los que veía aquel punto flotando, pero nunca me hicieron caso, pensaban que podía estar loco o algo así, y bueno ya me conoces con el tiempo  me fui acostumbrarlo y desde hace poco más de un año dejo de verlos hasta ayer. Esta vez se que es diferente y por eso te he llamado. Quería contárselo a alguien y saber su opinión y la tuya Marthy para mi es muy importante, sobre todo por el hecho de que eres médico y tendrás un punto de vista serio y objetivo para este tema.-
- vale gracias por tu confianza Al, pero no sé, no imagino porque me has llamado, bueno ya va, no querrás decir que estás viendo uno de esos puntos rojos sobre mi actualmente, o no?-
- No Marthy puedes estar tranquilo, no tienes nada, no eres tú, el problema es otro, más grave creo, no sé cómo explicarlo pero tengo un muy mal presentimiento sabes.-
- tranquilo dime que pasa a ver cómo puedo ayudarte, para eso somos amigos no.-
-Amigos sí, pero no sé si para eso. Bueno como te iba diciendo, como sabes vivo en lo alto de las colinas de Jersey, al otro lado del Hudson, y veras ayer cuando me levante, salí a la terraza de mi habitación que da hacia el río y donde se pueden ver una excelentes vistas de la isla Ellis, Brooklyn y la imponente zona de grandes rascacielos en que se ha convertido la World Trade Center. Pues amigo resulta que cuando mire hacia el World Trade quede sorprendido por lo que vi, al principio me frote los ojos pensando que tendría legañas o algo así, pero nada allí estaba.-
- No me digas, viste un punto rojo sobre el World Trade Center?-
- No realmente, no era un punto rojos eran como cientos, miles de ellos formando una especie de nube o algo así, y específicamente los puntos se agrupaban formando una mancha roja, u  horrible borrón rojo sobre las torres gemelas, parecían como si una nube de estáticas abejas rojas se hubieran posado rodeándolas completamente, toda la zona está llena de ellas.-
- Veras, según lo que me acabas de contar eso fue ayer, y que yo sepa si lo que estás pensando es en alguna especie de catástrofe o algo así, pero ya ves hoy es 11 de Septiembre y como has visto ayer no pasa nada, no se acabó el mundo ni nada parecido, según  mi reloj son las 8:27 de por lo que veo una agradable mañana de Septiembre y las torres siguen donde siempre han estado.-
Al miraba nerviosamente a través del ventanal, mirando con una mirada nerviosa, perdida hacia algunas cuadras más allá de donde se encontraban, desde allí se podían distinguir por sobre los otros edificios aquellas dos magníficas torres colosales y que se había convertido desde hacía tiempo en uno de los símbolos de las ciudad y en uno de sus más importantes reclamos turísticos, las torres gemelas.
- Al, Al, me estas escuchando, Al...- termino gritando Marthy al ver la cara de crispación de su amigo mientras su mirada se había quedado clavada en aquellas gigantescas torres.
- Perdona Marthy, pero es imposible, no puede ser lo que estoy viendo ahora.-
- Que estás viendo que Al, no me digas que estás viendo los puntos rojos en este momento.  De verdad los estás viendo?. Por favor dime que es lo que ves.-
- Marthy, no sé cómo describirlo, lo que sea eso ha crecido,  hay mucho más puntos rojos que ayer, las torres lucen desdibujadas a través de una intrincada neblina de puntos rojos, es como si una red roja y muy tupida lo rodeara todo, como si no hubiera luz allí, solamente rojo, miles de manchas, puntos de ese color, como pequeñas gotas de sangre rodeándolo todo. No sé porque Marthy, pero tengo un muy mal presentimiento,  algo muy gordo va a pasar y tengo miedo sabes, mucho miedo-, dijo Al mientras mirando a su con gesto de amplia preocupación, mientras se limpiaba con un pañuelo las gruesas gotas de sudor perlado que fluían copiosamente de su frente.
- Al viejo amigo, no sé qué decirte pero me asustas, nunca te había visto así, es temprano aun pero según lo que me has contado, creo que es buen momento para tomarse un par de cervezas o quizás algo más fuerte mejor,- y dicho esto se fue hacia la barra del bar para pedir un par de copas, dejando a su amigo sentado en la mesa mientras seguía mirando ahora con lágrimas en los ojos, aquellas dos torres sumergidas en una inmensa bruma roja, cientos, miles de borrosos e imprecisos puntos rojos que como gotas de sangre parecían llenarlo todo. 


Puntos rojos, semillas de muerte, rodeando a las dos torres completamente.

All of them.
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Bueno amigos. 
Sigan disfrutando de lo que queda del verano.
Hasta la próxima entrada.,
Cuídense.


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