Hola amigos.
Ha pasado algún tiempo desde la última vez que publique algo en el blog. Lo siento he dedicado todo este tiempo ha formarme en diversas disciplinas profesionales orientado todo esto a la búsqueda de un nuevo empleo, situación un poco complicada aquí en España, pero bueno pienso que lo peor es no intentarlo. paralelo a esto he ido trabajando en algunas cosas que iré publicando oportunamente en el blog.
Hoy he querido publicar un cuento, de temática fantástica y algo orientado hacia el terror, quizás inspirado en algunas cosas de un famoso autor del género al que estoy leyendo últimamente, así que espero les guste y espero tener alguna de sus valiosos comentarios a la vuelta.
----------- o -----------
PUNTO ROJO.
El ambiente comenzaba a refrescar aquella mañana de Septiembre.
Desde muy temprano una fresca brisa procedente del otro lado de la bahía nos
recordaba que los exagerados calores de aquel verano llegaban a su fin.
Al se había levantado muy temprano ese
día, con las primeras luces del alba, realmente no había pegado un ojo en toda
la noche, una noche cargada de sudores y pesadillas, presentimientos que
volvían otra vez para alterar su ahora tranquila existencia. Después de un
rápido baño se vistió y salió apresuradamente a una cita con su mejor amigo en
el Eagle, -al que había contactado a unas inusuales horas de la madrugada he
insistido en que tenían que verse para contarle algo muy importante-, en la
esquina de Liberty Steet con Broadway, célebre por sus famosos desayunos en
toda la costa este. Llego temprano, ese día decidió usar un taxi y no el bus
como usualmente hacía. l reloj marcaba la 8 menos cuarto. Cuando entro al
Eagle, un ajetreado bullicio de gente conversando y riendo a esas tempranas
horas le alegro, era temprano aun, pero a esas horas había ya muchos
parroquianos desayunando en el local apurando una última taza de café antes de
comenzar muchos de ellos alguna dura jornada de trabajo, oficinistas, secretarias,
personal bancario y muchos Brokers, se daban cita allí, realmente el local
estaba muy cerda del distrito financiero de la ciudad, lugar de trabajo de la
gran mayoría de sus clientes.
Además del murmullo de fondo el local
estaba cargado de una variedad de aromas donde destacaban además del de tabaco
y café, el de recién horneados panecillos de jengibre y el de los dorados
Pretzel exclusividad de la casa, amén del olor a huevos fritos y a las
espaciadas salchichas que servían siempre a esas horas para desayunar.
Le costó un poco pero consiguió una mesa
cercana a una de las ventanas donde se podía ver parte de la bahía y donde
destacaban aquella zona donde destacaban aquel conjunto de rascacielos,
gigantescas torres de acero y hormigón, modernas torres de Babel donde se
dirigían parte de los destinos económicos del mundo moderno.
Estaba nervioso, y la sola mirada a través
de aquel amplio ventanal no pudo traer la ansiada calma que tanto reclamaba su
atribulado espíritu, sino que reflejado por una gruesa gota de sudor que
comenzó a aflorar entre sus frente, su temor y sus nerviosismo se hizo más
fuerte.
Cuando llego la camarera para tomar su
orden, se abstuvo del café y pidió algo más fuerte, una cerveza tipo Ale le
pareció bien, bastante más fuerte que las Lager a que estaba acostumbrado y además
pidió también un pequeño vaso de whisky puro de Tennessee. Prefirió no pedir
nada para desayunar, los nervios le traían un poco revuelto el estómago y no
quería meter la pata. De fondo y aislándolo del murmullo de las conversaciones
que todo lo envolvía, se podía escuchar una vieja y melancólica canción de Neil
Young, lo que le daba a ese espacio tan urbanita y típico de la gran City, algo
de la esencia de otros tiempos más duros y lejanos, rumores de otra época con reminiscencias
a aires rurales y a la estética sesentera del Peace y Love.
Transcurrieron algunos minutos antes de
que llegara su amigo al que estaba esperando, Marthy lo saludo desde la entrada
y dirigiéndose a su mesa intercepto a una de las camareras y le pidió le
acercara una taza grande de delicioso expreso. Cuando llego a la mesa advirtió
dos vasos grandes de cerveza y dos de chupitos, todos ellos ahora vacíos,
reposando sobre húmedos círculos que marcaban su lado de aquella mesa de oscuro
cedro.
Después del saludo y antes de comenzar la
conversación, Al le hizo señas a la camarera y le pidió le trajera otra ronda.
Marthy se dio cuenta y le indico muy educadamente, como siempre, que quizás era
muy temprano para ponerse a celebrar de esa manera. Al le indico que le
disculpara y por el contrario que no era ninguna celebración, más bien recurría
temprano al alcohol ese día a ver si de esa forma se podía aclarar sus ideas y
serle más sencillo aquello que quería contarle a su amigo.
-Venga Al te conozco y se que no beberías
así de esas manera tan temprano si no hubiera algo realmente que te tuviera
preocupado-,
-Como se ve que me conoces bien Marthy,
cuanto años hace que nos conocemos: 25, 30 o más?-,
-Pues yo diría más de treinta, desde la
primaria en aquella vieja escuela, como se llamaba a ver, vale St. Mary School,
a mediados de los sesenta, recuerdas?-.
La camarera llego y dejo sobre la mesa una
humeante y aromática taza grande, muy grande de oscuro expreso, famoso por
prepararlo con agua -supuestamente- triple filtrada, y un vaso grande de ale
oscura y turbia y un chupito de whisky, al que Al procedió a apurar nada más se
lo dejaron en la mesa.
-Hey amigo, no tan rápido, tomate un
respiro, a ver si te vas a poner indispuesto y luego no te vas a acordar de
aquello tan importante que me tenías que contar y por lo que me citaste a estas
horas tan extrañas para mí, sobre todo después de haber estado de guardia
en el hospital hasta primeras horas de la madrugada-,
Disculpa Marthy, pero son los nervio,
cuando te cuente lo que te tengo que decir lo entenderás-,
-Vale eso espero mi amigo, dijo mientras
iba disfrutando de su café mediante una serie de rápidos y cortos sorbidos, el
café aún estaba bastante caliente,-
Miro otra vez el Seiko Quarz que destacaba
sobre su delgada muñeca y pudo ver que eran las 8:10. Por sobre la ventana pudo
ver que los rayos del sol comenzaban a destacar por sobre las altas moles del
Skyline de aquella zona de New York.
-Hace unos instantes hablaste de cuando
nos conocimos en el St. Mary, que buenos tiempos no, cero estrés y muchas
tardes calurosas de verano jugando en aquellos abandonados solares de la calle
Jefferson, donde se yergue ahora el Parque Residencial Wilson, en el Lower East
lo recuerdas?-
-Y como no recordarlo, allí estábamos
felices y viviendo nuestras aventuras en la ligas mayores, el sueño de todo
chaval imagino, pero no creo que haya sido para hablarme de eso que me hayas
llamado hoy verdad, -
-No tienes razón, no te he hecho venir
para hablar de eso, aunque de alguna manera si está relacionado, veras de lo
que me gustaría hablarte creo que comenzó allí, por esa época,-
- A ver Al, no te entiendo y te confieso
me estas intrigando, y por favor creo que ya está bien de alcohol tan temprano,
déjame pedirte un café por favor,-
- Perdona quizás tienes razón, no me había
percatado, pero me he acabado la cerveza, creo que seguiré tu consejo y pediré
un café, ya está bien de alcohol, ya me siento con la confianza o el valor
necesario para poder hablar,-
-Ok, pero comienza de una vez por favor,
ahora el que se está poniendo de los nervios soy yo,-
- Vale, recuerdas una tarde, quizás por el
68 o el 69 que estábamos jugando Baseball allí y estábamos en la última entrada
y le tocaba batear al zurdo Barry,-
- Como me voy a olvidar, te refieres a ese
portentoso hit que bateo contra todo pronóstico y que fue a parar directo a la
cara de Miles el gordo que cubría el medio centro,-
- Si precisamente, de eso quería hablarte,
ese día mientras tratábamos de ayudar a Miles y evitar que siguiera saliendo
sangre de su boca, boca a la que le faltaban ahora dos dientes, fue que lo vi,
esa vez fue la primera vez que vi aquello, -
-La primera vez que viste que,- dijo
Marthy un poco extrañado al ver como cambiaba la cara de su amigo al evocar
aquel recuerdo.
- La primera vez que vi aquel punto rojo.
Era como un pequeño punto rojo borroso que se veía como si lo vieras a través
de un vidrio sucio. Allí estaba flotando sobre Miles, ingrávido y desplazándose
lentamente como en un círculo por sobre su cabeza, como si fuera mecido por
alguna invisible brisa, si al dia siguiente cuando Miles fue a la escuela, ya
no estaba allí, el punto había desaparecido,-
- No sé qué decirte Al, podría haber sido
tantas cosa y permíteme hablar como médico: un mareo producto del calor, alguna
bajada de tensión, un sobresfuerzo, quizás estabas pillando algún resfrió, que
se yo amigo, no sé qué decirte,-
- Si tienes razón eso mismo pensé yo, pero
nada, así como vino ese día se fue, y no fue hasta algún tiempo después cuando
volví a percatarme de aquel pequeño punto rojo. Fue un día de vacaciones en la
casa de la playa que tenían mis padre en la bahía de Provincetown,
Massachusetts. Aquel día mientras íbamos a pie por sobre la carretera hacia los
arenales de Cape Cod, que me fije en aquel viejo perro labrador que estaba
sentado junto a la carretera como esperando a alguien, que me fije que allí
sobre él, estaba flotando impasible y silencioso, un misterioso punto rojo.-
-Pero que, estaba herido el perro o algo?-
- No eso fue lo raro, el perro no se veía
herido algo, lucia bastante sano, era eso un perro bastante tranquilo, sentado
a orillas de la carretera esperando, y sobre él, flotando, un solitario e ingrávido
punto rojo, el que por lo que pude averiguar más nadie podía ver,-
- Pues no sé qué decirte, y entonces eso
fue todo, -
- No que va. Resulta que horas más
tarde cuando regresábamos después de haber pasado todo el día en la playa,
observamos consternados que aquel magnifico animal yacía ahora tirado en medio
de la carretera sobre un gran charco de sangre y tripas rotas. Lo había
atropellado, el pobre yacía muerto en la carretera, y entre la tristeza de ver
aquel bello animal tirado allí como un despojo por la imprudencia de algún
conductor, pude ver que el punto rojo seguía allí, solo que ahora parecía irse
difuminando conforme pasaba el tiempo. Al día siguiente volvimos a pasar por el
mismo sitio, y allí seguía el perro y nos dio mucha lastima y lo agarramos y
entre todos hicimos un hueco y lo enterramos entre alguna de las dunas más
cercanas a la vía, el pobre ya comenzaba a oler mal, pero de aquel misterios
punto ni rastro, ya no estaba.-
- De verdad que muy curios lo que me
dices, pero a menos que tengas alguna afección neurológica que aún no te haya
descubierto tu médico de cabecera, no sé qué decirte, quizás fue una
casualidad, o no se, no será que tienes alguna especie de poder especial o
algo, como la chica de aquella película, "Carrie" recuerdas, o la de
aquel chico Torrance en "El resplandor", al que se le aparecían un
sinfín de cosas raras en la peli, jejejeje, y perdona no quería reírme, pero es
que de verdad no sé qué decirte, podía ser simplemente una casualidad, sabes,-
- Tranquilo que no te voy a matar ni nada
por el estilo, yo sé es difícil de aceptar a la primera cuando te cuentas algo
así, más bien crees que se están quedando contigo, lo sé, pero es que a partir
de entonces la visión de aquellos puntos ros a venido yendo y viniendo a mi
vida en algunas más ocasiones.-
- Como por ejemplo?-
- Te sonara mal, pero la tercera vez tuvo
que ver creo con un atraco, fue hace como cinco a mas años, un día que fui a
hacer una gestión en el First National Bank. Allí estaba el, un alto caballero
de traje azul en medio de la larga cola hacia la taquilla número 5. El punto
rojo estaba sobre él, flotando como a cuarenta o cincuenta centímetros de su
cabeza, allí ingrávido y silencioso flotaba sobre aquel hombre, pareciendo
seguirlo en su lento y pausado camino hacia la taquilla. Nadie parecía darse
cuenta de él, y al hombre parecía ni siquiera importarle, dudo yo que se diera
cuenta de su presencia. Y así fui testigo durante 20 minutos o más de su rojiza
y fantasmal presencia, pude percibir aquellos minutos como aquel punto cambiaba
de volumen sutilmente, como si fuera el producto de un latido, del eco
sostenido de algún misterioso corazón. Al final como a todos, le llegó el turno
también a aquel hombre y pudo llegar a la taquilla donde luego de unos minutos
termino sus asuntos y se marchó de allí, salió del banco y más nunca lo vi,
bueno en persona quise decir, lo cierto es que volví a saber de el al día
siguiente.-
- Caramba Al, de verdad que da un poco de
miedo lo que me cuentas, sino te conociera desde hace tanto tiempo pensaría que
me estás haciendo una broma o que estas un poco loco, sabes. pero a que te
refieres cuando dices al día siguiente, lo volviste a ver?.-
- No personalmente, al día siguiente
estaba yendo a casa después de un día de trabajo y enfrente mío había un hombre
que estaba leyendo el periódico. Y fue allí donde vi su foto, Frank Heinz, ese
era el nombre que aparecía a pie de su retrato, en la última página del New
York Herald, ya sabes la última página, la de sucesos, la noticia rezaba así o
algo parecido, ....." Agente de Bolsa es abaleado para robarle una elevada
cantidad de dinero que minutos antes había sacado del banco, al parecer los
ladrones llevaban tiempo siguiéndolo enterados de que estaba por sacar una alta
cantidad de dinero con el que pretendía realizar una cuantiosa operación inmobiliaria.
La policía esta tras su pista debido a las numerosas evidencias dejadas en el
parking donde los delincuentes le dieron muerte. Se espera dar con ellos en el
transcurso de las próximas horas.............."y bla, bla, bla, a partir
de allí los puntos rojos han ido apareciendo en algunas otras ocasiones. Al
principio me preocupaba mucho al respecto. Una vez incluso pare a una chica en
la calle para advertirle y lo que gane de aparte una patada en mis partes íntimas,
fue pasar la noche en la vieja comisaria de Brooklyn. Trate una o dos veces más
de advertir a aquellos sobre los que veía aquel punto flotando, pero nunca me
hicieron caso, pensaban que podía estar loco o algo así, y bueno ya me conoces
con el tiempo me fui acostumbrarlo y desde hace poco más de un año dejo
de verlos hasta ayer. Esta vez se que es diferente y por eso te he llamado.
Quería contárselo a alguien y saber su opinión y la tuya Marthy para mi es muy
importante, sobre todo por el hecho de que eres médico y tendrás un punto de
vista serio y objetivo para este tema.-
- vale gracias por tu confianza Al, pero
no sé, no imagino porque me has llamado, bueno ya va, no querrás decir que estás
viendo uno de esos puntos rojos sobre mi actualmente, o no?-
- No Marthy puedes estar tranquilo, no
tienes nada, no eres tú, el problema es otro, más grave creo, no sé cómo
explicarlo pero tengo un muy mal presentimiento sabes.-
- tranquilo dime que pasa a ver cómo puedo
ayudarte, para eso somos amigos no.-
-Amigos sí, pero no sé si para eso. Bueno
como te iba diciendo, como sabes vivo en lo alto de las colinas de Jersey, al
otro lado del Hudson, y veras ayer cuando me levante, salí a la terraza de mi
habitación que da hacia el río y donde se pueden ver una excelentes vistas de
la isla Ellis, Brooklyn y la imponente zona de grandes rascacielos en que se ha
convertido la World Trade Center. Pues amigo resulta que cuando mire hacia el
World Trade quede sorprendido por lo que vi, al principio me frote los ojos
pensando que tendría legañas o algo así, pero nada allí estaba.-
- No me digas, viste un punto rojo sobre
el World Trade Center?-
- No realmente, no era un punto rojos eran
como cientos, miles de ellos formando una especie de nube o algo así, y
específicamente los puntos se agrupaban formando una mancha roja, u
horrible borrón rojo sobre las torres gemelas, parecían como si una nube
de estáticas abejas rojas se hubieran posado rodeándolas completamente, toda la
zona está llena de ellas.-
- Veras, según lo que me acabas de contar
eso fue ayer, y que yo sepa si lo que estás pensando es en alguna especie de
catástrofe o algo así, pero ya ves hoy es 11 de Septiembre y como has visto
ayer no pasa nada, no se acabó el mundo ni nada parecido, según mi reloj
son las 8:27 de por lo que veo una agradable mañana de Septiembre y las torres
siguen donde siempre han estado.-
Al miraba nerviosamente a través del
ventanal, mirando con una mirada nerviosa, perdida hacia algunas cuadras más
allá de donde se encontraban, desde allí se podían distinguir por sobre los
otros edificios aquellas dos magníficas torres colosales y que se había
convertido desde hacía tiempo en uno de los símbolos de las ciudad y en uno de
sus más importantes reclamos turísticos, las torres gemelas.
- Al, Al, me estas escuchando, Al...-
termino gritando Marthy al ver la cara de crispación de su amigo mientras su
mirada se había quedado clavada en aquellas gigantescas torres.
- Perdona Marthy, pero es imposible, no
puede ser lo que estoy viendo ahora.-
- Que estás viendo que Al, no me digas que
estás viendo los puntos rojos en este momento. De verdad los estás
viendo?. Por favor dime que es lo que ves.-
- Marthy, no sé cómo describirlo, lo que
sea eso ha crecido, hay mucho más puntos rojos que ayer, las torres lucen
desdibujadas a través de una intrincada neblina de puntos rojos, es como si una
red roja y muy tupida lo rodeara todo, como si no hubiera luz allí, solamente
rojo, miles de manchas, puntos de ese color, como pequeñas gotas de sangre
rodeándolo todo. No sé porque Marthy, pero tengo un muy mal presentimiento,
algo muy gordo va a pasar y tengo miedo sabes, mucho miedo-, dijo Al
mientras mirando a su con gesto de amplia preocupación, mientras se limpiaba
con un pañuelo las gruesas gotas de sudor perlado que fluían copiosamente de su
frente.
- Al viejo amigo, no sé qué decirte pero
me asustas, nunca te había visto así, es temprano aun pero según lo que me has
contado, creo que es buen momento para tomarse un par de cervezas o quizás algo
más fuerte mejor,- y dicho esto se fue hacia la barra del bar para pedir un par
de copas, dejando a su amigo sentado en la mesa mientras seguía mirando ahora
con lágrimas en los ojos, aquellas dos torres sumergidas en una inmensa bruma
roja, cientos, miles de borrosos e imprecisos puntos rojos que como gotas de sangre
parecían llenarlo todo.
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Bueno amigos.
Sigan disfrutando de lo que queda del verano.
Hasta la próxima entrada.,
Cuídense.
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