Bye, Bye verano

Hola amigos.

Se acabo, oficialmente ayer entramos en el esperado otoño.

Adiós verano, bye,bye.  Y menos mal porque este verano según las informaciones más recientes de centros meteorológicos, este recién pasado verano del 2016, se constituye por lo menos aquí en España como el verano más cálido desde que se tiene registros e inclusive sobrepasando al verano del 2015, a quien ya se había catalogado como el más caliente hasta ser destronado por el de este año.

Así que poco a poco comenzaran a disminuir los calores por aquí a orillas del hermoso Mar Mediterráneo y dentro de poco comenzaran los tan esperados fresquitos y las fugaces pero profusas tormentas con las tan ansiadas lluvias y su preciosa carga húmeda por estas sedientas latitudes.

Para terminar con los calores  por este año y darle la bienvenida al refrescante otoño, les dejo algunos microrelatos de mi propia autoria y de variada temática.

                                     

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BUENA COMIDA

Mientras saboreaba hasta la última de las gotas del líquido que aún le quedaba en su copa, la voz del niño lo saco de la profunda ensoñación en la que se encontraba. El flaco niño sentado en la mesa frente a él, se esforzaba en apurar los últimos trozos de carne que aún quedaban sobre el plato. El resto de la familia como ellos apuraba también los restos de su comida sumidos en la tenue y cálida claridad que aportaba la única bombilla que aun funcionaba en aquel  frio sotano.

Mirando al niño con una leve sonrisa le pregunto qué quería mientras con el dorso de la mano se limpiaba los labios.

-Papá se está acabando la comida-

-Lo sé. No te preocupes hijo, mañana volveremos a salir de caza y volveremos con buena comida, como hicimos la última vez-

-Pero siempre comemos lo mismo, me gustaría poder comer otras cosas-

-Sabes que no las hay hijo, así que solo podemos comer eso. Venga termina ya de comer-

El niño resignado mientras terminaba de comer miro con profunda tristeza, lo que aún quedaba de aquel pobre moribundo que colgaba del gancho, desangrándose, al fondo sobre una sucia pared.

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ROADIE.

“Afuera el público estaba listo. El concierto acaba de comenzar. Todos estaban allí. Luces, humo, láseres, sonido atronador. El escenario rugía como un insólito volcán que escupía inagotable, interminables toneladas de decibelios.

Geddy comenzó a marcar los primeros acordes del bajo, metálicos y vibrantes allanando el camino para toda una profusión de redobles y platillos que comenzaron a llenar el espacio con un sonido potente, acompasado e hipnótico, esta noche Phil estaba muy inspirado. Una extraordinaria profusión de arpegios fue llenando el espacio creando una pegadiza melodía, definitivamente Rick seguía siendo el maestro. El público enloquecía, gritaban su nombre, pedían más. Las guitarras empezaron a llenar el ambiente con un ritmo salvaje y poderoso, Eric, Steve y Alex aguardaban su llegada para explotar con todo lo que escondían aquellos instrumentos. Era la hora, el público enardecido coreaba su nombre, el escenario vibraba, hecho luz, sonido y color. Subió todo el volumen a las pastillas de su Strato y salió, punteando aquel inconfundible riff, sumergiéndose en aquella locura, donde lo esperaba la gloria”.

- Rápido Miguel despierta al Roadie, dile que corra que el bajista ha roto la cuerda otra vez.-

Su público volvería a esperar hasta un nuevo día……

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SABOR A GLORIA

Aquella tarde de diciembre del 1824, la libertad y las nuevas ideas se habían consolidado  finalmente sobre tierras americanas, allí en el alto Perú, se había librado la última batalla. Sobre la colina de Ayacucho dos hombres contemplaban la victoria.

El Virrey De la Serna ha capitulado, el Perú es nuestro Mariscal Sucre -  dijo emocionado Simón Bolívar mientras  abrazaba a su amigo.

No me corresponde toda la gloria mi Comandante, la victoria es nuestra, así que toca celebrar, que nos traigan una botella de ese buen licor de Pisco que hacen por aquí - dijo El Mariscal Sucre.

Perdone que difiera de su elección pero esta irrepetible victoria, merece solo lo mejor, que nos traigan Brandy, un buen Brandy de Jerez, lo mejor para celebrar la gloria- dijo el Libertador.

Sabía elección como siempre- puntualizo Sucre.

Poco duró, pero que bien les supo aquella botella.

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EL GRAN SECRETO DEL CONDE

Mi secreto, muy fácil- le dijo el conde con aquel acento rumano tan particular mientras iba llenando el barril con el preciado líquido color caramelo y continúo, -Un buen brandy de jerez, uno muy especial  bastante añejo, algunas yerbas  y mi ingrediente secreto: Usted- le dijo mientras procedía a meter al embajador, atado y amordazado, dentro del barril.

Mi amigo, la sangre solo me alimenta, pero el brandy es todo lo demás,  lo que me conserva, lo que de verdad me mantiene vivo y siglos de experiencia  lo confirman. Quede tranquilo, con usted hare una excelente cosecha, je, je. Le aseguro que dentro de algunos años,  su sabor me traerá buenos recuerdos, como tantos otros. Adiós embajador- y acto seguido sello la tapa del tonel “Embajador 1889” y lo llevo a ocupar su espacio junto a los demás en la oscura y seca bodega.

                    

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AQUEL DÍA Él DECIDIÓ IRSE.

Ese día de canso de los palos, de los insultos y del hambre.

Se cansó de vivir en la dictadura.

Se cansó de las largas marchas estériles, de los muertos y de las amenazas.

Se despidió de la familia, de los amigos de toda una vida, cogió sus lágrimas, unos pocos papeles, algunas viejas fotos y  junto con los viejos sueños  que aún le quedaban lo arropo todo en una vieja maleta y se marchó.

La decisión había sido tomada, más nada podría ser peor.

Parado enfrente el mar, espero hasta que llego el avión que lo llevaría hasta nuevas tierras, hasta una nueva vida, una nueva esperanza más allá del enorme océano, del gran charco.

Su último pensamiento al ver como su tierra se iba haciendo cada vez más pequeña desde la ventanilla del avión fue “Volveré. Volveré algún día,  cuando vuelva a existir la libertad en mi tierra” y lo grito en silencio multitud de veces  hasta que muy cansado se quedó profundamente dormido.

Más allá de las nubes, el sueño de una nueva vida le esperaba.

Todo estaba dicho, ese día decidió irse.

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Los siento amigos soy un declarado enamorado de los microrelatos, verdaderas capsulas para distraerse y pasarse un buen rato, por eso los escribo - desafortunadamente no con la frecuencia que ya me gustaría, lo confieso-  pero por eso lo hago porque me distraigo escribiéndolos y de verdad me paso un buen rato haciéndolo, como me gustaría lo hicieran ustedes y saber que han pasado un buen rato de verdad. 

Hasta una próxima entrega.

Cuídense.