Hola amigos.
Tenia algún tiempo la verdad que no había acudido a mi cita con ustedes a través de este medio, estudios, trabajos y todas esas otras cosas que hacemos con nuestro tiempo, un año casi para ser exactos, y por más inri, desde aproximadamente la misma época del año en el que realice mi ultima entrada en el blog, la mejor época del año según lo que muchos opinan, cuando el bien amado astro rey se esfuerza por hacernos sentir sus rigores en la festiva y ludica temporada estival, si señor el tan esperado verano. Tiempo de sol y descanso, atestadas playas, trajes de baños y piscinas, visitas al pueblo de la infancia y tardes de extraordinarias e irrepetibles puestas de sol a disfrutar en plena naturaleza, y por lo general por encima de todo mucho tiempo libre. Especialmente tiempo donde podemos dedicarnos sin prisa y sin horarios a dedicarles algunos buenos momentos del verano al habito de la lectura para disfrutar de ese placer que parece incrementarse por estas fechas y quizás para poder disfrutar de el con más premura quizás a orillas de una playa, bajo la sombra de un palmeral y disfrutando de la comodidad de una buena hamaca, es en esos momentos cuando poder volver a leer aquel libro que nos dejamos de leer en vacaciones pasadas y poder terminarlo, o sumergirnos con devoción y curiosidad quizás en el más reciente proyecto de algunos de nuestros autores favoritos o por que no dedicarnos a la rápida y muchas veces apasionante lectura de algún microrrelato, esos que acuden puntuales a sus citas por estas fechas en periódicos y revistas, para beneplácito de aquellos que disfrutan con la evocación que inspira este genero de relatos cortos, sencillos de leer y muy creativos.
Y si toco ese tema en esta entrada, el tema de los microrrelatos, es a raíz de una agradable conversación y reencuentro con un muy buen amigo de la infancia por estas fechas y con las vacaciones de verano como tema de fondo, donde en una de nuestras conversaciones descubrimos que compartimos el gusto por la lectura y en especial por esos pequeños relatos, que son por lo general cortos, muy cortos la verdad, pero extraordinarios en cuanto a creatividad, contenido y convocatoria para la imaginación, así que para este tiempo de ocio estival que mejor que publicar algunos de mi propia autoria, y que tenia por allí navegando en la soledad de algún cajón esperando a la espera de su momento, como las buenas semillas para brotar y florecer como todos los años al abrigo de los calientes rayos del sol del tan esperado verano.
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Y PARA TOMAR
Brandy
estará bien- le dijo y procedió a sentarse en el cómodo sillón bordado
de estrellas para contemplar a través
del dorado ventanal de aquel enorme salón que flotaba ingrávido en el cielo, la magnífica puesta de sol que tenía lugar
sobre aquel tornasolado y tranquilo mar.
Algo más-
pregunto el camarero.
Que sea
de Jerez, y ya lo demás sobra – y satisfecho continuo disfrutando del hermoso espectáculo en el que un grupo de
coloridas nubes aplaudía mientras el océano abierto acogía al agotado sol en su
seno.
Cambiando
de posición sobre su mullida y tibia cama, el hombre dormido continúo soñando
esbozando una ligera sonrisa en aquella fresca noche de Abril.
¡BONITOS DEDOS!
Aquella
noche todo estuvo genial. El estadio de Las Ventas. El escenario. La
iluminación. Las enormes pantallas. La descomunal potencia del sonido que lo
llenaba todo. Unos desconocidos Vintage
Trouble abrieron el show y sonaban
muy bien. Pero lo mejor empezó con el video del Rock or Bust con meteorito y todo. La fantástica explosión de luz y
sonido cuando sonaron los primeros acordes, AC/DC a todo vapor, todo el mundo se volvió loco y se dejó llevar
por aquellos potentes e inigualables riffs de Angus Young y su mítica SG,
vestido de colegial y todo. La inconfundible y quebrada voz de Brian Johnson,
sencillamente inmejorable. La obesa Rosy. La Autopista al Infierno. La Campana.
El Black & Black. El Tren. Todo estaba allí y como guinda del pastel para
finalizar, la infaltable salva de cañonazos inolvidables. Un concierto para el
recuerdo, la edad sinceramente no parece ser problema para ellos. Pero lo mejor
es lo que tengo en el móvil, esta todo allí, 5 horas aguantando golpes para poderlo grabar,
así que venga hazme el honor, míralo y
dime que tal quedo.
Que
risa, déjame felicitarte amigo, je je je, la verdad el mejor concierto de dedos
que he visto jamás. Por cierto, ¡bonitos dedos eh!
ÚLTIMOS DESEOS
Sobre la
trinchera, en los alrededores de Cienfuegos, aquellos dos soldados, últimos
defensores de lo que ya se había perdido, esperaban las últimas horas del día por
una orden que nunca acababa de llegar, una deshonrosa retirada o una inútil
carga final, daba igual todo ya, mañana cuando saliera el sol Cuba amanecería bajo una nueva bandera.
Bueno
José, solo toca esperar, amanecerá y veremos lo que nos trae el día, ahora
tómese otro trago de ron- le dijo el soldado mientras le daba la petaca para
compartir el poco licor que les quedaba.
No me
gusta el ron Carlos, me cae mal, pero sabes, si pudiera lo que me tomaría ahora
sería un carajillo, un buen carajillo como los que hacen en mi pueblo, café con
un buen chorro de brandy, un buen brandy de jerez- comento el otro soldado.
Estaría bien
la verdad, el agradable aroma de un último café.
EL HOMBRE DE LOS TATUAJES
Pensaba
era una leyenda. Una de esas que circulaban por lo oscuros callejones de lo que
quedaba del viejo mundo.
Un hombre
con toda la historia escrita en su piel, con todas las cosas tatuadas en él. Un
cazador milenario, superviviente de siglos oscuros y épocas sin nombre. Con una
mirada tan subyugante que solo con mirarte ya serás parte de él. T’zhul El
prohibido, El devorador de almas.
Aquel
hermoso hombre completamente tatuado de cosas y símbolos, yacía junto a ella en
la cama, y la miraba tan profundamente que se sentía paralizada dentro de una
apacible y cálida sensación de placer. Podía sentirlo aún, sudoroso, caliente,
dentro de ella, pero no podía hacer nada para moverse. Él la tenía dominada con
aquella misteriosa y oscura mirada.
De pronto
se dio cuenta que algo oscuro merodeaba entre las sombras rodeando la cama
donde se encontraban. El empezó a reírse con una aterradora sonrisa. Ella sintió pánico, mucho pánico. El tatuaje del dragón
que él tenía sobre su brazo había desaparecido. Súbitamente una gran llamarada
comenzó a lamer todo su cuerpo con profundo dolor, contemplando mientras ardía,
la imposible abominación que iba desagarrando su alma.
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Bueno amigos, por ahora eso es todo, iré dejando algunos de ellos para poder publicarlos en próximas entregas, y de verdad espero le hayan gustado y lo que es más importante para mi, háganme llegar sus opiniones, siempre serán bien recibidas.
Pues nada, hasta la próxima entrada y a seguir disfrutando del verano.
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