lunes, 9 de diciembre de 2019

LONG DISTANCE CALL

Hola amigos, la verdad tenia mucho tiempo que no había podido encontrar el momento adecuado o la motivación necesaria para poder volver a publicar algo a través de este medio tan querido e importante para mi.
No hay excusas, es verdad, pero siempre que puedo hacerlo trato de publicar algo, por pequeño que se, aparte de hacerme sentir bien como cualquiera cuando hace algo que le gusta, lo hago también para no perder de alguna manera la presencia en este medio tan importante como lo el el Internet, y por supuesto es mi manera de saludar a todos aquellos que se que me siguen leyendo  y a aquellos que me descubre por hacer en el vasto y variado universo de los bloggs, a todos ustedes mis más sinceras gracias.
Ya estamos en Diciembre otra vez, a las puertas de unas blancas y frías Navidades otro año más, así que seré breve pero quisiera compartir mis mejores deseos para todos ustedes por estas fechas, la verdad, para la gente, para los más necesitados, para el planeta y para el futuro.

Como parte de una tradición que había comenzado hace ya algunos años, siempre para estas fechas me gusta publicar algo, compartir con ustedes amigos lectores, algún articulo, cuento o relato, relacionado con estas fechas, y siempre elaborado dentro del genero que siempre me ha llamado la atención como puede ser la literatura de ciencia ficción y fantasía.
Pues bien, he querido publicar un cuento muy corto, dedicado a alguien muy especial para mi, mi hija, recuerdo escribí un borrador de un argumento con algunas ideas que pudieran haber servido de guion para una continuación de la película E.T, algo que muchos seguidores de Spielberg y enamorados fans de esta película nos quedamos esperando por muchos años. Nos hubiera encantado saber tantas cosas acerca del pequeño E.T y su mundo, y de la solidad y sincera amistad que se creo entre seres tan diferentes.

Pero bueno para eso sirve el mundo de la imaginación y de la fantasía, para crear mundos posibles y traer a la vida y a las paginas posibles caminos y eventos donde de alguna manera estos dos amigos pudieran volverse a ver.

Este es pues mi humilde creación, tratandole de darle una pequeña vuelta de tuerca a la historia conocida para adaptarla a nuestros tiempos, dejando una puerta entreabierta el territorio de la imaginación por donde pudiera colarse hacia nosotros.


                                                   ------------------o------------------




LONG DISTANCE CALL (LLAMADA DE LARGA DISTANCIA).


Han pasado ya más de 50 años desde que el pequeño Elliott se despidió de aquel extraño amigo verde, venido de algún lugar situado más allá de las estrellas, y a quien cariñosamente llamaron E.T. Aquel día lejano aquel fantástico ser, un niño como él, volvió a reunirse con los suyos, con su familia, para continuar su inimaginable viaje a través del universo.




Hoy en día la ciencia ha avanzado mucho, el hombre ha llegado a Marte; los viejos teléfonos han cedido lugar a nuevos móviles virtuales cada vez más potentes y versátiles; desde la invención y aparición de los primeros ordenadores cuánticos la informática ha revolucionado de manera inimaginable en todos los ámbitos haciéndolo todo más fácil y más rápido; nuevos vídeo juegos que se juegan directamente en la mente del jugador; las impresoras de alimentos han revolucionado  en las grandes tiendas de alimentación y comida rápida; nuevos combustibles y maneras de aprovechar la energía han impulsado de manera más eficaz el desarrollo de mejores medios de transporte; vuelos comerciales a la luna; ejércitos sin seres humanos, inteligencias artificiales y muchísimas maravillas más que no se conocían medio siglo antes, pero aun ahora en el año 2045, hay  muchas cosas en las que la ciencia desafortunadamente no ha podido ser todavía de mucha utilidad, y algunas viejas enfermedades y padecimientos siguen resistiéndose fuertemente a ceder ante  ella.

Elliott es ahora ya un hombre mayor y enfermo que se encuentra en el ocaso de su vida sufriendo una penosa enfermedad terminal, donde los médicos en el mejor de los casos solo le pronostican algunos meses más de vida, entre seis a nueve meses quizás. Han sido años duros pero ahora en su vejez se encuentra en un asilo especial donde recibe los mejores cuidados, y donde pasa los días junto a otros muchos ancianos recordando y hablando de los años pasados y de los lejanos eventos sucedidos en su juventud, pero que aunque mantenido gracias a los cuidados especiales que recibe, espera con resignación a que llegue su hora final. Y es por ello que aunque se encuentre rodeado a toda hora por personas en situaciones parecida a la suya, realmente se encuentra muy deprimido y tristemente solo, pues resulta que últimamente y así como lo han hecho sus esperanzas de vida, también han venido disminuyendo las muestras de cariño y la compañía que recibe de lo único que en esos momentos realmente le importa a él, su familia, y en especial del que como un valioso bálsamo le proporciona  su pequeña nieta Angeline, la pequeña chispa que mantiene encendida aun, una tibia llama de esperanza en su viejo y cansado corazón.

Las visitas ya no son tan frecuentes como antes, los padres de Angeline por motivos laborales han tenido que mudarse a una ciudad lejana, pudiendo venir ahora tan solo unas pocas veces al mes. Pero es en esos días cuando su pequeña nieta lo visita, en esas tardes maravillosas donde en la intimidad de su habitación allí junto a ella, pasa esas pocas horas felices en su compañía, lejos de la tristeza y el dolor,  evocando algunos buenos y lejanos recuerdos. Allí vuelven a aflorar en su mente aquellas perdidas memorias de su infancia, esos lejanos fragmentos de olvidados recuerdos que gracias a ella parecen cobrar vida, y en los que poco a poco, va organizando la historia para ella, así poco a poco durante la eternidad del brevísimo instante de cada una de sus esperadas y cada vez más distantes visitas ,le va contando aquellos maravillosos relatos, propios de la imaginación de un viejo, y en los que le cuenta  del tiempo en el que conoció a su extraño amigo E.T, un pequeño hombrecito verde venido de muy, muy lejos, y de la maravillosa amistad que surgió entre ambos. Así poco a poco, a lo largo de aquellas tardes, amenas y tranquilas, donde tantos recuerdos dormidos afloraban otra vez llenando de tibios colores el gris e insulso cielo de otoño, el abuelo le va contando a su nieta la historia de E.T y la fantástica aventura y los peligros que corrieron juntos para poder ayudar a su pequeño amigo a volver a casa, la historia sobre una gran amistad.

Elliott aunque casi siempre está solo, tiene algunos buenos amigos en el asilo que comparten como él sus últimos días y que serían capaces de hacer lo imposible por obtener aquello que le permitiera tener una nueva esperanza. Entre ellos está el viejo Martín Mclain, viejo veterano de la fuerza aérea y un antiguo pionero de la investigación espacial.

Aprovechando unas cortas vacaciones con su familia durante la Navidad para pasar unos días en el pueblo donde vivió su abuelo, en aquel familiar barrio, iluminado por mil guirnaldas y luces de colores, refrescado por la fría brisa de las montañas cercanas, nevadas y repletas de nevados abetos los que le dan a ojos de Angeline, la bella imagen de una querida tarjeta postal.

Fue durante un día de excursión al parque forestal situado en las afueras del mismo, al ir en busca de algunas ramas para hacer una hoguera, que Angeline por casualidad entre algunos viejos árboles secos y rotos, enterrado entre la nieve, hojas secas y telarañas congeladas, cual delicados collares de minúsculas perlas, descubrió los restos de algún extraño artefacto: restos de una vieja antena de Tv, algunas partes de un antiguo teléfono del siglo pasado y como colofón de aquel disparate tecnológico, un pequeño tocadiscos portátil. Todo ello ahora roto y deteriorado por el paso de innumerables años. Angeline se acuerda al ver aquella tosca e infantil maquinaria, de aquellas historias las que pausadamente le había contado su abuelo, y comprende entonces, al tener aquel viejo mecanismo entre sus manos, que aquello a lo que se había referido él a través de esas fantásticas historias, no eran simples cuentos que inventaba para ella, ahora tenía entre sus manos las pruebas que demostraban que aquellas historias podían haber sido ciertas. En ese momento, Angeline viéndolo todo desde la infantil e ingenua perspectiva que solo existe en la niñez, comprende que quizás el único que puede ayudar a su abuelo, y posiblemente su única esperanza de salvación, es aquel misterioso y maravilloso ser verde venido de algún punto desconocido del espacio, y de quien lo único que ella conoce es aquel raro y gracioso nombre: E.T.
Resuelta a ayudarlo, un día durante una de aquellas tardes de visita le comenta su plan a su abuelo, y le muestra la foto que tomo con su móvil de aquel raro aparato, sin darse cuenta de que aquello fue oído también por aquel anciano que compartía la habitación con él y que parecía tan plácidamente dormido, Martín Mclain y que como el anciano Elliott, ansioso también por encontrar alguna pequeña esperanza a su enfermedad.

Aprovechando algunas visitas al pueblo llegada la primavera, poco a poco se interna en aquel abandonado bosque. Con paciencia y muchísima suerte, gracias a las indicaciones que le dibuja su abuelo logra reparar aquel aparato. Finalmente un día, al terminar de desenredar y conectar el ultimo cable a una antigua batería, de una manera inesperada y silenciosa, un pequeño bombillo cobra vida otra vez y  entre parpadeos, un zumbido leve y periódico comienza a escucharse a través de un pequeño y polvoriento altavoz, indicándole a Angeline que la antigua maquinaria estaba reparada y lista otra vez, emitiendo una misteriosa señal, repetida una y otra vez hacia todos los insondables rincones del cosmos, un mensaje desconocido, una poderosa llamada de emergencia, una llamada a casa, algo así como una llamada de larga distancia estelar.

Elliott recibe con alegría aquellas buenas noticias por parte de Angeline, y la luz de la esperanza vuelve a brilla en su apagado corazón, esperando ansioso que aquella llamada pudiera llegar a su remoto destino. Pero los días van pasando y no ocurre nada, y en unos pocos meses la salud de Elliott comienza a deteriorarse y la pequeña Angeline empieza a perder toda esperanza de poder ayudar a su abuelo.

Mclain no se atreve a contarles que el también conoce su secreto y espera pacientemente, esperando que aquella fantástica ayuda pudiera ser verdad y que la historia que tantas veces le había contado su amigo Elliot aprovechando los descansos entre juegos de bingo, pudieran darle a él también la esperanza de una posible salvación, pero el tiempo sigue pasando sin obtener ninguna respuesta y el pobre Elliot ve como poco a poco la vida se le va escapando entre sus manos. Los médicos ya no le dan muchas esperanzas a los padres de Angeline y al poco tiempo su abuelo es trasladado a otra sala más grande, la sala de cuidados intensivos y las tardes de visita se reducen tan solo a unos pocos momentos al lado él, escuchando aquellas historias que el abuelo con voz cada vez más apagada insiste en repetirle una y otra vez.
Ella en alguna ocasión ha podido volver al bosque y comprobar que el aparato sigue allí, emitiendo aquella muda y misteriosa señal, pero una tarde al volver al asilo para visitarlo, solo sus padres pudieron entrar en la habitación para verlo, y Angeline dejando caer una solitaria lagrima deseo profundamente que aquella llamada llegara por fin a casa, ni en esos malos momentos se resistía a perder la más pequeña de las esperanzas.
Millones de estrellas más allá del límite de la imaginación, en un pequeño rincón de una lejana galaxia, fondo de una de las enormes espirales de polvo estelar que giran a su alrededor, hay un hermoso planeta azul rodeado de un par de pequeñas lunas de color verde, en una de ellas al fondo de un tranquilo valle lleno de enormes árboles y rodeados de innumerables ríos de aguas cristalinas duerme una gran ciudad de amplias recintos abovedados y largos edificios metálicos, que como enormes agujas apuntan en la oscuridad de la noche hacia la vasta soledad del espacio. Allí en una de aquellas casas, un sonido perturba la quietud de la noche. Del otro lado de la puerta el sonido de la alarma de un extraño y sofisticado sistema de comunicación, un teléfono que indica que alguien está haciendo una llamada, una llamada distante y muy especial. Al fondo del pasillo se enciende una luz, alguien acaba de despertar. Se oyen el ruido de pequeños pasos acercándose al comunicador. El ser todavía medio dormido, con unos enormes ojos azules, cuyos parpados surcados de algunas arrugas indican también el inexorable paso del tiempo, contempla cómo se enciende y apaga una luz en el fondo del tablero indicando que se ha recibido una llamada de larga distancia. Un largo y delgado dedo aprietan un botón y acto seguido, se escucha una lejana señal olvidada ya en el tiempo y en el efímero territorio donde conviven retazos de sueños y recuerdos olvidados en una estrecha comunión. Una señal que se repite una y otra vez. Una antigua llamada de auxilio interestelar: 
“...E.t phone home, ...E.t phone home, ...E.t phone home…”

De golpe, un maduro Eershyll recupera la lucidez pues ya sabe quién le está llamando, es Elliott su viejo amigo. No le hace falta escuchar más y cuelga la llamada, se dirige rápidamente y mientras va recogiendo algunas cosas por el camino, hacia el pequeño hangar situado lado de su casa, un viejo amigo lo necesita, no tiene tiempo que perder.

Él, E.T, ya sabe lo que tiene que hacer.


Pedro A. Martos G.
Idea y borrador original 1997, rescrito 2019 y levemente corregido 2019.

                                                                                  ----------o----------

Bueno amigos, como siempre espero les guste y mis mejores deseos para todos en estas Navidades, pasarlo bien.
Un abrazo y hasta una próxima oportunidad

No hay comentarios:

Publicar un comentario